Reportaje de boda en Poblet: Anna + Jordi + Jordiet
Cuando Anna y Jordi nos encargaron de hacer el reportaje de boda en Poblet, rápidamente vimos cuál era su estilo. Anna y Jordi no querían una boda, querían una fiesta. La celebración de su amor rodeados de familia y amigos y, como no, del pequeño Jordiet, el tercer gran protagonista del enlace.
Albert de Olalife y el eterno compañero de aventuras Juanjo Gago, nuestro fotógrafo de bodas, fueron los encargados de inmortalizar el enlace.
Preparativos de los novios en Picamoixons
Que los dos novios hagan juntos los preparativos ya es señal inequívoca de que no quieren complicarse la vida. En su casa, en Picamoixons, Anna y Jordi se preparaban acompañados de la familia más cercana. Mientras tanto, el pequeño Jordi los miraba sin entender de qué iba todo aquello, pero parecía que las cámaras no le daban ningún miedo, todo lo contrario. Sentirse protagonista parecía gustarle bastante.
Sesión de pareja en Picamoixons
Por practicidad y para no perder tiempo después de la ceremonia, la sesión de exteriores la hicimos también en Picamoixons. Una vez más, Anna y Jordi no se querían complicar la vida. Unas fotos rápidas acompañados del Jordiet, que aquí ya empezaba a cansarse de tanta cámara. La americana ya le sobraba y tenía ganas de irse a jugar. Ni siquiera los sobornos de los padres con golosinas hicieron efecto, y ante las circunstancias preferimos encaminarnos hacia Poblet para prepararnos para la ceremonia.
Ceremonia y banquete en la casa de la capilla de Poblet
La ceremonia y el banquete se celebraron en la casa de la Capella de Poblet, una casa de colonias con unas preciosas vistas al paisaje de la Conca de Barberà.
La ceremonia siguió con la tónica sencilla, esta vez añadiendo el ingrediente emotivo con unos discursos hechos desde el corazón.
Tras la obligada sesión de fotos de protocolo comenzaba la fiesta.
Si la brisa de la Conca empezaba a refrescar, la Colla Vella se encargó de hacer entrar a la novia en calor.
Anna y su hermano Sergi son miembros de la colla desde hace años, y óomo es tradición un grupo de voluntarios castellers se ofrecieron para regalar a Anna dos pilares. En el segundo, a Anna le tocó ponerse la camisa y hacer de «segon».
Tras el pastel, el grupo Loren al completo subía al escenario para animar la velada al más puro estilo fiesta mayor.
Fue una fiesta magnífica, una verbena, una fiesta que ni Anna ni Jordi, y probablemente tampoco el pequeño Jordiet, olvidarán.
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